El Racing en la serie Patria

El Racing se cuela en el inicio de la serie de moda: Patria

El fútbol es un elemento perfecto para contextualizar una época en un relato de ficción, más todavía en un país como España. Y este recurso narrativo lo utiliza la serie Patria justo en su inicio y con una mención al Racing.

El personaje de Txato se levanta de la siesta escuchando en la radio los resultados de la quiniela. Poco después saldrá a trabajar y morirá asesinado por la banda terrorista ETA a unos metros del portal de su casa.

En esa quiniela se cuela un Racing-Eibar de Segunda División casi al final. Y había que marcar la casilla del 1. El partido real corresponde a la jornada 21 de la temporada 89/90. Se jugó el 28 de enero de 1990 en los Campos de Sport de El Sardinero y el único tanto del duelo lo marcó Gaby Mantilla a los ocho minutos superando a Garmendia. La referencia no aparece en la novela de Fernando Aramburu.

Armando Ufarte entrenaba al equipo santanderino que formó con Ceballos, Gelucho, García Jiménez, Mauri, Zinho, Marcelino García Toral (Edu Odriozola, 45), Wanderley, Javi, Gaby Mantilla, Miro (Pedrazzi, 51) y Pedraza.       

Los dos equipos, Racing y Eibar, acabaron cruzando su destino en una última jornada fatídica para los santanderinos. El Racing fue incapaz de puntuar en casa ante el Betis y perdió 1 a 3 con un Chano en plan estelar y que celebraba su paternidad. Marcó dos goles y asistió en otro a Pepe Mel. El onobuense llegaría años después a ser internacional.

A los cántabros les bastaba un empate para salvarse o que no ganase el Eibar en Sarriá. Se confiaron y terminaron en Segunda B. En la sexta jornada había sido cuartos y se había soñado con ascender aquella campaña que terminó de la peor manera posible.

El Betis no se jugaba nada, ya era subcampeón de manera matemática y había subido a Primera. Unos años después se supo que el Eibar, el equipo armero, regaló unas magníficas escopetas de caza a varios jugadores béticos por aquel triunfo.

Y el Eibar ganó contra todo pronóstico en Barcelona al Español, 2 a 3. A los dos minutos de la segunda parte el conjunto catalán cambió de portero y se fue al banquillo Macario Meléndez para que entrase el bilbaíno Javier Echevarría, que encajó dos goles más que sospechosos. Fue el único partido liguero que jugó con el Español en dos temporada. En la grada la afición perica cantaba el "que se besen" y "tongo, tongo". Los eibarreses se salvaron con un punto más que el Racing con la sensación de un amaño evidente que hasta insinuaba Estudio Estadio en el resumen del partido disputado en la Carretera de Sarriá.

En realidad el Espanyol tenía plaza de promoción de ascenso asegurada y no tenía interés alguno en ganar ese duelo para evitar jugar contra el Tenerife de Xabier Azkargorta, Felipe Miñambres, Rommel Fernández y Quique Estebaranz, entre otros. Los catalanes se midieron finalmente al Málaga y lograron el ascenso en los penaltis. En la otra eliminatoria de promoción, el Tenerife, que era favorito, derrotó al Deportivo de La Coruña.

Regresando a la serie Patria hay varias referencias futboleras más. La familia de Txato cena viendo un partido de la Real Sociedad. El hijo lo vive con pasión mientras que el padre sufre en silencio las preocupaciones de estar siendo extorsionado con la banda terrorista ETA, que le ha exigido su impuesto revolucionado. Se menciona varias veces a John Aldrige que aquella campaña 89/90 marcó 16 goles en Primera y era la gran estrella de la Real Sociedad. Había costado un millón de libras ese verano y era el primer extranjero que llegaba al club donostiarra en muchos años.

La Real terminó quinta y Aldrige fue el cuarto máximo goleador de la Liga por detrás de Hugo Sánchez, Polster y Baltazar. La temporada siguiente anotó 17 goles en Liga, aunque el equipo no estuvo arriba. El hijo del Txato, Xabier, que es médico en San Sebastián, es muy aficionado al fútbol y a la Real tanto en la serie como en la novela. En una escena en la que está comiendo con su madre, Bittori, le dice que se tiene que marchar ya para ir al partido.

Aunque la serie de Aitor Gabilondo es correcta no le llega a la novela de Aramburu a la suela de los zapatos. Ver declamar a los actrices sobre una tumba o en una iglesia ante un cristo de madera no resulta muy creíble mientras que en las páginas del libro se puede expresar esa maraña de sentimientos de una forma más natural. Visualmente el trabajo se queda a medias en casi todo.

El Racing ya ha aparecido fugazmente en otras series como Homicidios, Cuéntame, Estoy vivo o Amar es para siempre, así que es ya un clásico en este tipo de cameos.