El primer partido de Solabarrieta se salda con una enorme decepción y una actuación lamentable
El 2021 empieza mal para el racinguismo que se queda con la moral por las suelos tras un 4-1 en Zubieta y sobre todo con la sensación de que Amorrortu lleva la nave directa hasta empotrarse con los arrecifes.
El Racing, vistiendo de rojinegro no
parecía ni Racing, se arrastró en Zubieta ante la Real B. Poco se puede salvar de la quema. El conjunto racinguista
se pudo ir al descanso perdiendo 5-0, pero Iván Crespo estuvo acertado en
varias intervenciones y el conjunto santanderino solamente se fue con tres en
el saco. No hay palabras para definir una primera parte lamentable. Incluso la escuadra racinguista fue incapaz de aprovechar alguno de los
regalos que les hizo la zaga de la Real B sacando el balón jugado desde atrás.
No funcionó nada y el estreno de la etapa Solabarrieta se saldó con uno de los
mayores despropósitos de la historia de un club más que centenario.
El nuevo entrenador del Racing apostó por el esperado 4-3-3 con el sello claro de Amorrortu, también en alguno de los nombres de la alineación, como el hispano-marroquí Benktib, otra de sus apuestas personales en el mercado de fichajes de este verano. Cejudo, el mejor del último duelo, se quedó en el banco, lo mismo que Siverio y Mantilla, los tres más destacados en Getxo. El cuento siguió siendo demasiado parecido a lo que no funcionaba, pero claramente empeorado. Cedric estuvo perdido en la izquierda y aportó lo que venía aportando hasta la fecha, poco pese a su primer gol. Bustos en la derecha bajó prestaciones y así podría seguir uno por uno. Alinear a Figueras adelantado y repetirle entresemana que no dé un paso atrás es enviar al catalán al matadero… Le ganaron la espalda infinidad de ocasiones.
A los dos minutos ya se le fue por
velocidad Lobete y se plantó solo delante de Crespo. Acto seguido le volvió a
hacer lo mismo al catalán con un saque largo y su chut cruzado se perdió
lamiendo el palo.
El Racing estaba despistado y con los
problemas que se veían venir de inicio. No puedes jugar tal y cómo quieras sino
con lo que tengas en la plantilla. Solabarrieta habrá visto todos los partidos
de la escuadra montañesa, pero no sabe lo que dan de sí sus futbolistas ni en
qué puestos.
Antes de los cinco minutos Robert
Navarro marcó recortando a Gil y Figueras y aprovechando un agujero enorme en
la zaga. El desastre que se venía venir de inicio. Ni identidad ni carácter ha imprimido
el técnico de Ondárroa… Solamente una defensa adelantada que hacía aguas bajo el diluvio de Zubieta.
A los nueve minutos Álvaro Bustos
tuvo un remate de cabeza solo en el segundo palo a pase de Torre, pero envió el
balón fuera con un horrendo remate. El asturiano ha desperdiciado ya unos cuantos
goles cantados esta campaña.
En el minuto 14 un error de Ezkurdia
en la salida de balón generó un semiocasión racinguista. No llegó Ceballos al
pase de Torre. La Real iba ganando y se echó un poco atrás pero ni por esas el
Racing era capaz de sacar partido. Cabe recordar que los potrillos no habían
ganado en los últimos cinco encuentros y que estaban ya en una situación
clasificatoria apurada… No es el filial de otras temporadas porque muchos de
sus mejores futbolistas ya han dado el salto a categorías superiores.
El Racing se contentaba con dar
pelotazos arriba y dejar pasar los minutos y el ridículo. En el minuto 22 Crespo
le sacó a Lobete el segundo tanto en un mano a mano. El meta de Viveda logró
desviar el esférico a córner. Pero en ese saque de esquina llegó el 2-0. Lo
botaron en corto y Arranbarri se libró fácil de la marca de Maynau para rematar
a placer antes de que llegara Figueras con la ayuda.
Tres minutos después llegó el 3-0 y
el festival del Sanse. Navarro hizo la pared con Olasagasti, 18 y 20 años, en
la frontal y el catalán marcó un golazo. Este Racing caricaturesco estaba
quemando una traca de dimensiones bíblicas.
En el minuto 28 un disparo altísimo y
lejano de Benktib a las nubes era la reacción de un equipo sin alma ni
personalidad que defendía mal atrás, sin centro del campo y sin pegada arriba.
En el 32 Lobete tuvo otra opción más
de gol. El Racing era una banda desorientada y pasota, el equipo de solteros el
día 1 de enero con el matasuegras y el gorrito.
En el 37 Lobete disparó a puerta otra
vez pero la blocó Iván Crespo tras una buena contra de Aranzabe. Era el mayor
ridículo del Racing en mucho tiempo, quizá desde el otro desastre en Zubieta
con Pouso en el banquillo.
— Daniel (@Daninho_____) January 3, 2021
La Real B se apiadó del racinguismo y en el minuto 41 su portero le dio un pase de gol a Bustos solo en la frontal… Disparó cinco metros lejos de la portería con todo a favor. Una acción de meme que resume lo que fue el Racing en la primera parte.
Crespo volvió a salvar otro gol ante
Alkain y la acción terminó en córner. El
repaso fue importante. Un baile humillante que deja a los pies de los caballos al nuevo entrenador y al ideólogo del proyecto.
En el minuto 43 Balboa robó un balón cerca
del área, pero no se atrevió a recortar al portero rival y se la cedió a Torre
que chutó muy alto con el guardameta ya batido y un defensa bajo palos. Ni con
los enormes regalos de la escuadra de Xabi Alonso el Racing pudo hacer algo de
provecho.
Solabarrieta realizó cuatro cambios al descanso. Seguramente le hubiera gustado quitar a los diez, pero buena parte de la culpa fue suya. Ni acertó con la alineación ni con el planteamiento. Seguramente le hubiera gustado quitar a los diez, pero buena parte de la culpa fue suya. Cejudo dio otro aire al equipo y algo de garra y calidad.
Anotó Cedric su primer gol nada más
arrancar el segundo tiempo tras un recorte de Cejudo dentro del área, pero casi
acto seguido anotó su tercer tanto el ex del Barça y Mónaco, Robert Navarro. La
defensa fue una broma, Alkain le hizo un siete a Gil y su pase en el segundo
palo lo encontró sin oposición el mediapunta catalán.
En el minuto 53 Unai le paró a Jon
Ander un gol cantado a pase de Cedric, pero con el 4-1 daba ya igual. En el 60
una acción de Cejudo dejó en bandeja el gol a Maynau, pero el catalán la envió
inexplicablemente fuera. La Real B se adormiló con el 4-1, algo lógico, y los
cántabros tuvieron un poco más de empuje.
En el 79 Jon Ander realizó un buen
remate de cabeza que se fue fuera por poco. Hubiese maquillado el marcador,
pero no las sensaciones.
En los últimos minutos el Racing jugó hacia atrás… Lo que faltaba para rematar la faena. En el 91 Jon Ander fue incapaz de pegarle a puerta, algo que se vio en varios jugadores a lo largo del duelo… Miedo a chutar a gol. Este Racing necesita un diván y Solabarrieta no es psiquiatra.
COMENTAR