Paco Gento, Rey de Copas

Felipe Badía escribe sobre la figura de Paco Gento con sus 'Cuentos raqueros'

Aquel que le vio, llegó y me contó impresionao que, en la localidad cántabra de Guarnizo, perteneciente al término municipal de El Astillero, exportadora desde tiempos de los romanos de mineral de hierro extraído en Cabárceno y Peña Cabarga, nació el 21 de octubre de 1933, don Francisco Gento López, miembro de una familia numerosa de seis hermanos –tres chicos y tres chicas–, hijo de “Pencha”, ama de casa, y de Antonio, camionero.

–¡“¡Paco”, tu padre no acaba de llegar a casa…! ¿Ónde se habrá metido esti hombre…? Me ha dicho D. Cándido, el cura, que le ha visto parao con el furgón en el Alto de la Morcilla. Por favor, echa una carreruca con tu hermano Julio, mira a ver qué le ha pasao –rogó con preocupación la madre de “Paco”-. A ver, decidle que le están esperando sus amigotes en el Bar de Gallo pa terminar la partiduca suspendida del Torneo Interpeñas de “Tute”… callas, jejeje, cuarenta en Copas de Europa, jejeje, de “El Diario Camargués”.  

–Mamá, ahora mesmu, cuando termine unas “devisiones” que me ha “ponido” la maestruca de deberes, salgo p´allá, toy apañao, "me se" ha olvidao la tabla del 7 y no me “alcuerdo” cómo se hace la prueba de la “devisión” -contestó “Paquito”-. ¿Me podéis ayudar?

–Julio se queda en casa con “Toñín” haciendo unas copias: “no se con-tes-ta a la ma-es-tra”, que les mandó la “profe” de Lengua Española. “Paquito”, déjalo, luego sigues, como tantas veces se habrá quedao sin gasoil, por apurar tantu, y estará empujando la furgoneta, cuesta arriba, jejeje, hasta la gasolinera del cruce de Revilla de Camargo –comentó su madre–. N quiero que provoque un accidente y que le lleven arrestao los agentes de la Benemérita de Maliaño.

En un santiamén, el mediano de los hermanos Gento se encontró con su padre: 

–Papá, ¿qué te ha ocurrido esta vez? Sale humu negru del tubu de escapi, güele fatal, ¿no pasaste la ITV hace pocu tiempu en Polanco? 

–Chavalín, he pinchao por culpa de unas puntas de aceru que algún bromista de medio pelo ha arrojao en la carretera, tengu que cambiar la rueda, pero olvidé el gatu, miauuu, en el gallineru  -respondió su padre-. Güelve al pueblu, le dices a Guillermo Cortés Regata, presidenti del C.D. Guarnizo, dueñu de la fábrica de yesu, que necesitu que me arrastri con el tractor hasta la nave de Amanciu, tocayu del delanteru gallegu del Real Madrid, jejeje, onde guarda la maquinaria agrícola.

–Mu bien, en menos que canta un gallu, estaré de güelta, yo creo que se le habrá quemao la “juntaculata” o el “embriague” –añadió “Paquito”, jajaja, mu interesao en to lo relacionao con la mecánica del automóvil–. Jopé, papá, acabo de resbalar en una poza de aceiti que hay en el suelu.

El chófer aprovechó pa bajar del furgón los dos jatos, muuu, y la burra, iahhh, que había comprao por la mañana en el ferial de Orejo a un ganadero de San Pedro del Romeral. 

“Paco” echó a correr campo a través, con tan mala fortuna, no era su día, que metió un pie en una zona embarrada de las marismas, puesto que la confluencia de las rías con la costa de la bahía de Santander forma una gran extensión de humedales donde anidan durante todo el año diversas aves migratorias, torciéndose el tobillo izquierdo. A la pata coja, como pudo, llegó hasta los campos de “El Pilar” de Guarnizo.  

–Señor Guillermu, “pofavó”, a mi pae se le averió el cacharru en la carretera nacional de Burgos, caminu de Ontaneda, necesita urgentemente que le remolque con el tractor hasta el taller pa que le revisen los discos de los frenos y el palier delanteru.  

–Vale, pero quédate aquí esperando, en las choneras de Parbayón, jejeje, groing, esta tarde nos enfrentamos all C.F. Vimenor de Vioño de Piélagos, no olvides llevar la mascarilla pa los malos olores y pa la pandemia del Coronavirus, es una eliminatoria mu importante del Torneo “Los Barrios” que organiza el periódico “Ruperta”, jejeje, si ganamos, los soldaos de infantería que están haciendo la mili, nos animarán, fir-mes, se juega la final en los campos de “El Regimiento” del Alta. 

–No creo que pueda jugar, “presi”, me dueli muchu la pierna izquierda, no la puedu apoyar, mis hermanos “Toñín” y Julio jugarán por mí -aseguró “Paco”-, son tamién mu veloces y la pegan que la rompen con ambas piernas. Yo, mejor, daré de comer a los gorrinos, groing, groing, groing, pa que no molesten durante el partido con los gruñidos. 

–No importa, tú, cojo, solo con la diestra, eres más rápido y peligroso de cara al gol que tu propia sombra, jajaja –contestó el entrenador de los infantiles del Guarnizo. 

“Los astillerenses no parecen nacidos de madre como toda la descendencia de Adán, sino elaboraos con roble en las gradas de su astillero”. (José María de Pereda). 

La presencia de frondosos bosques y su situación estratégica en la parte sur del abra santanderina, desde finales del siglo XVI, favorecieron el asentamiento de unos astilleros, donde se construyeron enormes buques, lo que dio lugar a una gran actividad económica que atrajo a numerosa población. 

“Paco” abandonó los estudios a los catorce años para ayudar a su padre con el ganado y en las tareas agrícolas. 

–Mamá, no quiero seguir estudiando ni las capitales de Europa, ni los verbos irregulares, ni los nombres de los reyes godos, ni tampocu las tablas de multiplicar, tengu mu dura la mollera, no soy mu espabilao pa los libros, prefiero ordeñar las vacas, segar las fincas y jugar al fútbol antes que ir a la escuelona pa perder el tiempo y enfadar a las maestrucas –explicó “Paco”–. En el equipo, me comenta el entrenador, dicen que soy mu dinámico, con una zurda de lujo, y que hay ojeadores del Racing que se han fijao en mí. 

–Chicu, en el campu, te adviertu, no hay días libres, ¿tú verás, si eso es lo que quieres, así será? Sigue entrenandu pa ver si algún día llegas a jugar en el FC Barcelona, jajaja, y salimos de “probes”. Otra cosuca, cuando cumplas los dieciocho años te examinarás del carné de conducir pa ayudar a tu pae en el transporte de pacas de paja pa´l ganao -contestó su madre-. Antonio, diz que le da vértigu, sufre cuandu tie que atravesar el Puertu del Escudu pa ir a tierras de Castilla la Vieja, a pesar de que yo le aconsejo que “vaiga” por Reinosa y por Aguilar de Campoo, es tercu comu la mula de un gitano de Cazoña, jajaja, y así me pue comprar unas cajucas de Galletas Fontaneda, peru ni casu.  

–Mami, voy a coger la bici pa llegar primeru al entrenu. Vaya, otra vez se la ha salido la cadena, “mecagüen diez”, no sé qué hacer, bueno, a ver si de una vez me dan unas botas de cueru con clavos, porque con el prao embarrao pasu más tiempo en el suelu que de pie, así no llegu a la portería contraria ni a gatas.  

“Pencha”, su madre, antes de que saliera de casa, le advirtió: 

–Trae la ropa de entrenar pa lavarla, espero que de una vez por todas los directivos del equipo pidan a los Reyes Magos de Oriente o a los jefes de Nueva Montaña Quijano, jejeje, una lavadora automática y una secadora, porque frotandu a manu con jabón del “Chimbo” me estoy quedando sin uñas, paice que me las ha rumiao una vaca, no hay quién quite el barru de las camisetas, y me está resultando mu carísimu ir tos los sábados a la manicura y a la pedicura, de lo malu malu, jejeje, tamién aprovechu pa que me arreglan los juanetes y las durezas de los pies. 

–Mamá, regresaré pa la cena, si algún día llegu a vestir de blancu con el Real Madrid, soy más merengón que el mesmísimu D. Santiagu Bernabéu, a papá le compraré un camión trailer alemán de seis ejes y a D. Cándido le regalaré un “Seiscientos” descapotable por las fiestas de “El Pilar” pa que no tenga que ir a dar la Comunión a los enfermos ni la extremaunción a los defuntos, en burra, jejeje, con la cruz a cuestas y yo de monaguillo “apagavelas”.  

Siendo cadete, en 1948, a la edad de 15 años, comenzó a jugar en la S.D. Nueva Montaña, club donde compaginaría el fútbol con el atletismo, merced a lo cual mejoraría la velocidad asombrosa que tenía desde que dejó la cuna, convirtiéndose en una pesadilla para las zagas rivales que se veían desbordabas cuando salía al “esprint”. Además, tenía una pierna izquierda muy precisa con la que realizaba excelentes centros y disparos y un regate en seco que sorprendía a los laterales contrarios. Su ilusión, en primer lugar, como la de sus hermanos Julio Y “Toñín”, por supuesto, era jugar en el equipo de “La Tierruca”, el Real Racing Club de Santander, sin que se le pasara por la imaginación llegar a hacerlo algún día en el Real Madrid.  

"Gento corre mucho, pero lo peor no es cómo corre, lo peor es cómo se para". 

–¡Toc, toc, toc…! ¿Hay alguien en casa? ¡Toc, toc, toc…! 

–¡Dígame, señoruco…! ¿Qué se le ha perdido por estos praus?-preguntó la madre de “Paco”. 

–Precisamente, por los praus, como usted bien dice, paisanuca, hemos visto a un mozo correr como una gacela y saltar como un tigre. Mire, queremos que venga a la playa de “El Sardinero” para jugar un torneo de fútbol playero este fin de semana, ya que este puente de Santiago Apóstol tendremos la marea baja por la tarde, seguro que se divertirá un montón –le propuso el apuesto embajador racinguista. 

–¿Pero usté quién es? ¿De qué guindo se ha caído? Mi hiju, no pue ser, tie que ordeñar las vacas y limpiar la cuadra, sin falta, tos los días del añu -respondió la señoruca de la casa-. “Paquito”, actualmente, está jugando, feliz como una perdiz, jejeje, en el U.C. de Astillero, solamente saldrá del pueblu pa fichar por el Real Madrid o por el Ajax de Amsterdam, jejeje, pa que nos regalen el jabón que necesitu pa lavar la ropa y pa frotar los borceguíes del chicu. Buenu, me ha caído bien, de tos modos, deje que le pregunte a Antoniu, mi queridu esposu, cuando aparque el camión, onde la cuadra, debaju de la cagiga.

–Amigos, les ruego que no dejen pasar esta excelente oportunidad, estamos probando chavales para la cantera del Racing -comentó el señor de Santander-, tenemos un acuerdo formal firmado con el Real Madrid CF, puede suponer un primer paso para dar el salto definitivo al club de la calle Concha Espina. 

–¿Qué pasa aquí? -preguntó Antonio mientras se quitaba en el felpudo de entrada a la casuca de piedra el estiércol del calzado–. ¿Tenemos envitaos a comer? ¡Jejeje…! 

–Esti señoruco de la “capi” quiere que “Paco”, a ver si se nos va a ajogar el niñu, jejeje, nada como los perrucos, baje a Santander pa jugar en la playa.  

–No hay ningún “problema” -respondió el marido de “Pencha”-, el sábado próximu, me coge de pasu, tengu que llevar unas gallinucas que están constipadas al veterinariu de Cuetu, achús, llevan una temporada, no sé si será por culpa del piensu que compré de oferta en el mercao de los jueves de Sarón o del agua contaminada del abrevaderu, poniendu  güevos de un color verde pistachu mu raru.  

–Muchas gracias, simpático pueblerino, ya que pasará por los Campos de Sport, si fuera tan amable, el Racing le pagará los portes, podría coger las porterías, las redes, los banderines, los balones y el botiquín para llevarlo a la playa –sugirió el empleado del Club del Paseo de Pereda.

–Si quiere, jajaja, qué listuco, dimpués arbitro el partido, piii, supongo que no me tirarán al agua comu el domingu pasao le sucedió al colegiao del partido de Regional Preferente: Selaya C.F.-Ayrón de Vargas -aclaró dando grandes carcajadas y muestras de jolgorio el Sr. Antonio-. ¡Jajaja…! A ese “probe” colegiao le tuvieron que sacar entri varios directivos porque se hundía comu el “Titanic”, entovía, les parecía pocu, le persiguieron varios aficionaos, sin quitarse las albarcas, con las varas de avellanu en altu, esu le salvó al hombri de  negru de recibir más de un paraguazu.

El encuentro, como tenía que ser, que estaban disputando los chavalucos del equipo del Bar “Melquiades” y del Racing, se estaba desarrollando con total normalidad, hasta que, en un contragolpe del club verdiblanco, “Paco”, como si tuviera instalado un turbo en el trasero, salió disparado con el balón en los pies desde la Segunda Playa hasta los bajos del Restaurante Rhin de la Primera Playa.

–¡Niño, vuelve, vas a terminar en “El Puntal” o en el Cabo de Ajo como sigas esprintando…! -gritaba el entrenador del Racing-. ¡Qué exagerao, tiene la misma velocidad que las violentas ráfagas de viento de una galerna del Cantábrico!

Gento debutó en Tercera División con el Rayo Cantabria que por aquel entonces era filial del Racing, un fuerte abrazo para la familia del Sr. D. Ángel Meñaca Montequín (D.E.P.) -expresidente del equipo rayista, fallecido el día 4 de mayo de 2020-. Recaló en el equipo racinguista, cumpliendo uno de sus sueños de niño, en la temporada 1952/53. Disputó el primer encuentro con el cuadro santanderino, precisamente, frente al F.C. Barcelona, siendo apenas diez encuentros ligueros y cuatro de Copa su corto bagaje, antes de que el Real Madrid se fijase en él, con tan solo 20 años, y le contratase tras pagar un millón y medio de pesetas –nueve mil euros- y las cesiones de Espina y Urcelay. Permaneció en el club merengue durante dieciocho años, donde ha permanecido hasta el día 18 de enero de 2022, fecha de su triste fallecimiento, a la edad de 88 años (D.E.P.). 

Una cuadrilla de vecinos y amigos, que se reunía diariamente en el Bar de Gallo para jugar la partida con Antonio –padre de “Paco” Gento–, preparó un viaje relámpago a Madrid para asistir a la semifinal de la Copa de Europa de la temporada 1958/59, primer derbi en competiciones europeas que enfrentaba a los dos equipos madrileños, que ganó el Real Madrid 2-1 al Atlético.

Tuvieron que pasar treinta años desde la conquista de la “Sexta” Copa de Europa hasta la “Séptima”. Llegaron la “Octava” y la “Novena” casi seguidas a principios del siglo XXI, pero hubo que esperar una década más para que el Real Madrid volviera a ganar una final de la Champions League (2013/14), frente al vecino del “Manzanares”, el Atlético de Madrid, que venía de ganar la liga en el Camp Nou. Ambos clubes protagonizaron una final escasa de fútbol, aunque emocionante, el Atlético llegó fundido físicamente a la prórroga, sentenciando Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo (4-1) la final de Lisboa, para que el equipo merengue consiguiera la tan ansiada “Décima” que se estaba haciendo de rogar. 

Una temporada de por medio y ambos rivales vuelven a encontrarse en la final de la Champions League (2015/16), ese día, después de una prórroga sin novedades, el título se decidirá en la tanda de penaltis. Todos los lanzadores fueron anotando hasta que “Juanfran” falla el cuarto penalti atlético, y Cristiano Ronaldo, protagonista, marca, para llevarse los honores, el quinto tanto blanco, que da el undécimo entorchado europeo a los blancos.  

Estoy convencido de que el Sr. “Paco” Gento se sentirá tremendamente dichoso con el obsequio que el generoso destino le habilitó en el complicado camino de la vida, acomodado en el sofá de su casa, nervioso, acompañado de Mari Luz, su mujer, de sus hijos “Paco” y Julio, y de sus nietas Aitana y Candela. Seguramente, discretamente, disfrutó con enorme emoción y satisfacción, de la consecución de estas copas de Europa ante el eterno rival. Por fin, aunque fuera contra otro equipo español, el club madridista vuelve a recuperar la racha de éxitos deportivos de la década de los cincuenta, siendo cuatro los títulos conseguidos en los últimos cinco años hasta acumular un total de trece trofeos.

–¡Sale humo por el capó! ¡Run, run, run…! D. Cándido, vaya cacharro, lo habrá comprao de segunda mano en el desguace de Escobedo de Camargo, que le ha regalao el bueno de “Paco” –afirmó Venancio, presidente de la Peña Madridista “Mortera Blanca”. 

–Este “Seiscientos” es una auténtica joya de la corona real británica. ¡Jajaja…! Fidel de la Peña, del Rte. “Los Peñucas” del Barrio Pesquero, lo tuneó y participó con él en varias subidas a Peña Cabarga y al Puerto de Alisas, son coches mu delicaos y sensibles a las cuestas “pindias”, jejeje, es normal que se caliente el motor subiendo el Puerto de Carrales, tiene sed, jejeje, solamente necesita que vaciemos una botelluca de Agua de Solares de la Fuente del Francés dentro del radiador –afirmó el cura-párroco de Guarnizo, aficionado al mundo del motor. 

–Mejor, eche agua bendita, reverendu, jejeje, amén, con tantas subidas y bajadas está más quemao que la moto de un hippie -aseveró Venancio. 

–También podríamos viajar a la Final de Stuttgart (Alemania). No entiendo por qué en las autopistas “franchutas” no se puede pasar de 120 Km/h, jejeje -afirmó el Sr. Antonio–. Esta “máquina” no pasaría de los 100 Km/h, aunque fuera remolcada en el AVE del presidente Revilla. 

–Antonio, atiende, mejor viajamos en la cabina de tu camión pa transporte internacional, jajaja, el cura puede llevar a los niños de la Catequesis con unos bocatas de mortadela, sobaos pasiegus y el Catecismo pa rezar cien padrenuestros y doscientos avemarías pa que no nos pase nada y lleguemos sanos y salvos a nuestro destino final en el país teutón –comentó en tono jocoso el dueño de la cantina de Boo de Guarnizo–. Amén. 

“Paco” Gento formó parte de la que ha sido considerada una de las mejores delanteras de la historia del fútbol mundial con Puskas, Kopa, Di Stéfano y Rial. Este quinteto logró la hazaña, aún no igualada, entérese Sr. Cristiano Ronaldo, de conquistar nada más y nada menos que cinco Copas de Europa consecutivas, aunque fueran en blanco y negro, desde los años 1955/56 hasta la temporada 1959/60, a la que le sucedió una más en 1965/66. Nadie lo has puesto en duda, en aquellos tiempos “La Galerna del Cantábrico” azotaba con virulencia por los cuatro puntos cardinales del continente europeo.

A Gento le unía una gran amistad con su compañero de equipo, el hispano-argentino Alfredo Di Stéfano, pero también existía cierto “pique” y rivalidad, se trataba de demostrar quién era el futbolista más rápido y más habilidoso del equipo. Sorpresivamente, un jueves, después del partidillo de entrenamiento en la Ciudad Deportiva del Real Madrid, se retaron: 

–“Che”, vamos a bajar corriendo desde la calle Concha Espina por el paseo de la Castellana hasta la plaza de Cibeles; “che”, luego subimos por el carril derecho hasta la plaza de Castilla; “che”, no sos más rápido que yo; “che”, el último en llegar invitará a “morfar” (comer) al cuerpo técnico y a toda la plantilla.

–¿De acuerdo, “che”, jajaja, me pinta que tienes pánico a la “Saeta Rubia”?

–“Pibe”, estoy dispuesto, ya mesmu, pa salir disparao, si hace falta, hasta la Casa de Campo o hasta el Monasterio de El Escorial. Si me ganas, “de ilusiones vivía el tonto de…”, prepararé un contundente cocido montañés con “jalubias” blancas, berza y el correspondiente compango de chorizo de Potes, morcilla de Burgos, costilla y tocinu pa tos los componentes del equipu. “Pibe”, pa que no falte na, tamién invitaré a quesada pasieguca y a un chupito de orujo con yerbas lebaniegu. Por supuesto, “Pibe”, acepto la apuesta -manifestó confiando en sus impresionantes cualidades físicas, “Paco” Gento-. Si pierdes, tendrás que invitarnos a churrasco argentino, a chorizo criollo y a mate en el Parque de “El Retiro”. Además, si sabes nadar, jejeje, podremos darnos un “cole” en el Estanque Grande pa hacernos unas aguadillas.

Durante parte del recorrido, Alfredo Di Stéfano, como buen argentino, compatriota de Diego Armando Maradona, jejeje, hizo algunas trampas, que no le sirvieron de nada. Pensando que nadie se daría cuenta, se subió, con disimulo, al escalón lateral de un tranvía y en el carro con la burra del lechero de la calle Fuencarral. A pesar de todo, Gento le sacó varias “traineras” de ventaja antes de dar la “ciaboga” en la plaza de la Cibeles. Relajado, más tarde, tuvo tiempo suficiente para detenerse a charlar del descubrimiento de América en las Torres de Colón, de beber agua en la fuente de San Juan de la Cruz, de comer un helado con sabor a callos a la madrileña en la “Torre Picasso” y de renovar la prórroga del Servicio Militar en el Ministerio de Defensa del Paseo de la Castellana. ¡Jajaja…!

Don Santiago Bernabéu, como detalle, puesto que era su última temporada como futbolista del Real Madrid, permitió al delantero de Guarnizo, ¡hala Madrí!, que durante las vacaciones de verano llevara las seis copas de Europa a “La Montaña” para que se las pudiera mostrar a sus familiares y amigos, ¡hala Madrí! Durante el viaje, su padre las llevaba perfectamente embaladas en la caja del camión, tuvieron tan mala suerte, otra vez, que bajando una cuesta en el Balneario de Puente Viego, al dar un frenazo para no embestir a una vaca tudanca, se abrió el portón trasero, cayendo a una poza del río Pas. 

–¡Vaya desastre! ¿Cómo las vamos a sacar a flote? Son de plata maciza –se preguntaba “Marquitos”, que no desaprovechó la oportunidad para viajar en la camioneta de los Gento a “La Tierruca”-. Ya sé, se me acaba de ocurrir una idea, podemos ir a buscar a “Cioli”, “Salvador de Cien Vidas”, a la playa de La Magdalena. Este panadero de la calle Santa Lucía es un excelente nadador, para que las recupere del fondo del río.

–No fastidies, ahora estará trabajando en el obrador la Panadería “Torre” –respondió el “Rey de Copas”-. Ya sé quién las va a rescatar, jejeje, como si fuera el tesoro de cualquier galeón hundido por los piratas en el Caribe.  

–¡Venga, no seas infantil…! –objetó “Marquitos”–. No estamos pa bromas, hay que ponerse manos a la obra inmediatamente, D. Santiago nos castigará, gasta mu malas pulgas el abuelete, seguro que nos mandará segar con el dalle y abonar el césped de la Ciudad Deportiva y de la Casa de Campo, jejeje, como no se las devolvamos en perfecto estao. Se oxidarán y se llenarán de roña si no las sacamos en un periquete.

El padre de “Paco” Gento, pensativo, caminaba de un lado a otro por la orilla del río Pas:

–¡Tengo una ideaaa…! ¡Eureka…! ¡Ya está…! Avisaré a una cuadrilla de raqueros de Puertochico, en un pis-pas tendremos los seis copones a buen recaudo. Voy a llamar en aquella cabina telefónica a D. Alberto Pico, amigu y colega de D. Cándido, cura-obrero del Barrio Pesquero, pa que vengan lo antes posible “Borda”, “Popa”, “Proa” y “Boya”, estos chavalucos son expertos buceadores de los muelles santanderinos –afirmó el padre de “Paco”.

Los raqueros, como era de suponer, recuperaron los trofeos con ayuda de nasas y grampines que estaban acostumbraos a usar para pescar furtivamente pulpos, percebes y bogavantes en la costa del faro de Cabo Mayor. “Marquitos” les obsequió con unas camisetas del Real Madrid y unos balones de fútbol para que participasen en el torneo de fútbol playa que organiza la Peña Óscar de Santander. 

–“Eres tan tacaño, tan tacaño, que, por no comprarte un perro, guauuu, cuando llamas a la puerta, jajaja, ladras”. ¡Guauuu…! Yo les haré entrega en la dársena del puerto pesquero, en su barrio, de un bote pa que puedan salir a la bahía a pescar chamarucas, maganos y calamares –manifestó el “Rey de Copas”. 

–¡Mira quién fue a hablar…! -exclamó el hermano mayor de la familia de “Cilio”, “Fredo”, “Taco” y “Joselín” Alonso Imaz-. Tú le regalaste un Seiscientos a D. Cándido montao con piezas de un cementerio de automóviles, jejeje, casi se mata el pobre párroco de Guarnizo bajando la Cuesta de la Atalaya, se quedó sin líquido de frenos, se le soltó el parachoques que llevaba amarrao con una cuerda y entró, sin llamar a la puerta, jajaja, en la marmolería del número trece de esta bajada tan empinada y adoquinada de Santander. 

En señal de agradecimiento cristiano el grupo se detuvo en la ermita de la Virgen del Carmen de Revilla de Camargo para ofrecer las copas a la patrona de los marineros, para cantar la “Salve” y para depositar un ramo de rosas blancas con el escudo madridista en la hornacina. 

<Salve, Estrella de los mares, de los mares, Iris de eterna ventura; Salve, ¡oh Fénix de hermosura!, Madre del divino Amor. De tu pueblo a los pesares. Tu clemencia dé consuelo, Fervoroso llegue al Cielo y hasta Ti y hasta Ti nuestro clamor. Salve… Estrella de los mares, si, Fervoroso, llega al Cielo Hasta ti, hasta ti, nuestro clamor. Salve… Salve, Estrella de los mares, Estrella de los mares, Salve… Salve… Salve, Salve…>.

En 1971, después de vestir durante dieciocho años consecutivos la camiseta blanca madridista, Francisco Gento López “Rey de Copas”, decía adiós al “deporte rey”. El eterno “11”, a base de galopadas, entró a la carrera, con ímpetu y gallardía, en el Panteón de los Futbolistas Ilustres. 

Esto es verdad y no miento y como me lo contaron te lo cuento, mientras una “galerna” borrascosa del Cantábrico soplaba fuertes ráfagas de viento del oeste al noroeste por campos, valles, montes y por los acantilados de la costa cántabra.

Felipe Badía

 Este cuento forma parte de de la serie 'Cuentos de raqueros del Real Racing Club'