El empresario hispano-argentino hace balance de su año de racinguismo y mira al futuro con valentía
Sebastián Ceria estrenó la nueva temporada del Sonderklass, el programa de entrevistas del propio club, y dejó muchas reflexiones interesantes.
Ya ha pasado un año
desde que el matemático hispano-argentino y Manolo Higuera se hicieron con la
mayoría accionarial de la entidad y la mejoría de la institución ha sido
evidente en todos los ámbitos. “No hicimos cosas extraordinarias, no fichamos a
Mbappé o construimos un estadio nuevo, hemos ido haciendo cosas pequeñas, pero
cuando las juntas suman mucho, en el fondo son grandes porque van moviendo la
realidad del club y eso lo hemos logrado. Se ve claro el contraste con lo que
ocurría antes, no se hacía nada para no gastar. El hacer cosas reditúa, uno
gasta dinero y genera más dinero. Hay que tener una mentalidad de inversión y
ya llega la cosecha”, reflexionaba sobre este año de amor verdiblanco.
Sebastián Ceria dejó
claro a Roberto González, el responsable de Comunicación del Racing, que asume
riesgos con valentía: “No tenemos miedo de equivocarnos y esa es la clave de
avanzar en cualquier empresa. Seguro que ya nos hemos equivocado mucho, pero la
gente es generosa con nosotros porque ve lo que había antes. La idea es probar
cosas nuevas, hacer inversiones y descubrir lo posible de nuestro potencial
creyendo en él”.
El empresario está
feliz y eso se nota. “Se lo cuento a todo el mundo que me pregunta. He
disfrutado en este año mucho más que en toda mi carrera con cosas que hice
antes. Ha sido increíble. Los cambios han ido muy deprisa y la gente reaccionó
rápido, hemos intentando cosas nuevas y han funcionado como por ejemplo hacer
la fan zone antes del partido ante el Zaragoza… Eso me genera mucha felicidad.
Si veo contenta a la gente, yo soy feliz”, se sincera.
El presidente de la
Fundación restó importancia al batacazo que supuso quedarse fuera del play-off
de ascenso en el último momento, “depende de si lo comparamos con las
expectativas menores que teníamos antes de empezar la temporada”, y se queda
con lo positivo: “Suspendimos la incredulidad y nos fue superbién, nos podía
haber ido mejor, siempre puede ir mejor, pero nos fue genial y tenemos que
estar orgullosos”.
Sebastián Ceria no fija un objetivo deportivo ya que tampoco es algo que dependa del propio club: “Que nos hagan menos goles es el objetivo. Cosas que podemos controlar. No sabemos si va a haber cuatro o seis equipos que ganan todo, no depende de nosotros. Si hacemos las cosas un poco mejor que el año pasado lo más probable es que nos vaya bien. Pensemos en aprender de lo menos bueno que tuvimos, como encajar menos goles, las recaídas en las lesiones o el tema psicológico y pongamos metas en las que podamos trabajar y que estén bajo nuestro control. Ser primeros, segundos o disputar el play-off no está bajo nuestro control, hacer bien las cosas, sí”. En ese sentido ha habido ya fichajes, como un psicólogo argentino o un readaptador, que lo fue de la selección española.
Cuando pasea por la
calle o está en la playa, los aficionados le piden fichajes, algo muy futbolero.
“Necesitamos refuerzos, estar un poco mejor que la temporada pasada y eso se
logra con fichajes, pero también hay que valorar la buena base que tenemos. No hay
que descontar lo que ya tenemos”,
recuerda. También dejó tranquilos a lo seguidores porque se hará un esfuerzo
con las altas: “El dinero de la venta de Peque se va a invertir en jugadores y
en el club, no es para dar dividendos a los accionistas”. Eso sí, Ceria en el
plano deportivo se mete muy poco o nada: “Yo no me dedico a fichar o mirar
jugadores. No entiendo. No sabría juzgar, no es mi lugar. Para eso tenemos
profesionales. De otras cosas generales o de gestión o de los social, sí puedo
opinar, de algo tan específico estoy al margen”.
El máximo accionista
junto a Manolo Higuera considera que en lo económico la entidad está bien: “El
club está cerca de ser sostenible económicamente, este año quitaremos la deuda
del concurso y hemos hecho muchas cosas para incrementar los ingresos y eso nos permitirá llegar a ese punto de
equilibro dentro de poco. Todavía hay mucha deuda y tenemos que bancarizala, pero
no es preocupante la situación económica”. Ni se le pasa por la cabeza vender
la entidad: “El Racing no tiene un dueño, tiene gente que lo cuida. No está en
venta. Si viene un fondo de inversión tendría que convencerme muchísimo de que
lo iba a cuidar tanto como yo, pero no suena el teléfono ni está en los planes
vender el club”.
La idea de Ceria es el
largo plazo, “son los proyectos que funcionan en el fútbol y es lo que hay que
repetir”. “No frenamos las ideas, dentro siempre de un plan estratégico, de un
proyecto, de un plan maestro. No hay que hacer las cosas porque sí”, explica. Y
todo esto sin estar pendiente de los vaivenes que generan los resultados en el
mundo del fútbol: “No se puede pensar en que no voy a hacer nada porque nos puede
ir mal en tres partidos o en cinco”. Su actitud es siempre valiente, de mirar
al futuro. “Manolo Higuera es el que me frena en general, soy más arriesgado”,
comenta. En la entrevista habla sobre el pago de la cláusula de compra de Juan
Carlos Arana, un millón y medio, y de esa falta de miedo para invertir: “Al Eibar
le sorprendió mucho cuando dijimos que lo íbamos a ejecutar. Pedimos
facilidades de pago y nos dijeron que no, pero hicimos la trasferencia al
contado”.
Esa valentía para
mirar al futuro también se la pide al racinguismo. Esa suspensión de la
incredulidad tras tantos años de vivir en el barro y momentos muy duros para la
entidad. “Todos han estado atados, como con una mochila que pesa miles de kilos.
No es decir qué hacer, es liberarles de esa carga. No hay que olvidar nuestra historia,
hay que ponerla en perspectiva. Construyamos con los grandes jugadores que
tenemos y miremos para adelante”, explica. “Yo no estuve en el barro, llegué el
año pasado, no participé de todo eso. No digo que haya que olvidarlo, pero de
alguna manera es un lastre. Quiero abolir el sufringuismo, que nuestro estado
de ánimo natural no debe ser el de sufrir. No quiere decir que no vayamos a
sufrir en algún partido, pero no puede ser nuestro estado de ánimo, debe ser el
de querer ganar, el de la ilusión, el de disfrutar. También quiero eliminar el
término paparda, no agrega valor. Mirar al futuro”, insiste. Y por eso no le
preocupa vender más o menos carnets: “Si la gente disfruta en el estadio no me
preocupa el número de abonados, creo que seguirá creciendo. Me entusiasma los niños
y niñas que vienen, que sea un ambiente sano para los jóvenes. La Gradona
entendió que había que comportarse y cuidar a los niños que vienen”. Los
racinguistas disfrutan y Ceria es uno más de esta pasión inexplicable: “Lo paso
fenomenal en Santander, me encanta la playa y tiene el Racing. Ya es parte de
mi vida y ahora disfruto viendo el entrenamiento o los partidos”.
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