Desde que las victorias valen
tres puntos en Segunda División B cinco clubes lograron la cifra de los 82
puntos. Un récord que se superará esta temporada con seguridad, pero antes de
esa temporada 95/96 en la que se premió con un punto más el triunfo hubo otros
equipos que sí habrían roto el techo de los 82 puntos si aplicamos la
normativa actual de puntuación.
El récord absoluto lo tendría el
Alavés que entrenaba Txutxi Aranguren en la campaña 94/95. La escuadra
vitoriana se marchó hasta los 88 puntos con 27 triunfos, siete empates y cuatro
derrotas. Anotaron 91 goles en 38 jornadas y encajaron 26. Nadie ha ganado su
grupo con tanta solvencia numérica, aunque el Alavés solamente aventajó en seis puntos al
Numancia. Un joven Iván Campo, con 20 años, actuaba en el centro de la defensa
del conjunto Babazorro. Castillejo, que había jugado en Primera militando
en el Osasuna, con 21 goles fue su máximo goleador.
Quizá aquel grupo en el que
militó el Alavés no era muy potente. Numancia, Sestao, que también subió a
Segunda, y el Beasaín acompañaron a los vitorianos a la fase de ascenso. La Gimnástica
de Torrelavega quedó decimoséptima y descendió. Hubo cuatro filiales en el
grupo: Logroñés B, Zaragoza B, Osasuna B y Real Sociedad B. El colista fue el
modesto Hullera que solamente obtuvo 17 puntos con cuatro victorias y nueve
empates. El Alavés ascendió superando en la liguilla a Las Palmas, Gramanet y Real
Jaén. En esa fase final no lo tuvo fácil, pero demostró ser un equipo extraordinario.
El Albacete logró 87 puntos en la
temporada 89/90 en el Grupo III con 27 triunfos, seis empates y cinco
encuentros perdidos. El conjunto manchego estaba entrenado por Benito Floro y ascendió
directamente como campeón. No había entonces promoción, todo un lujo.
Otros dos equipos hubiesen sumado
85 puntos si les otorgamos tres puntos por victoria: el Bilbao Athletic en dos
ocasiones (82/83 y 88/89) y el Eibar en la temporada 87/88. El filial bilbaíno
ascendió directamente sin liguilla en la 88/89 con Iñaki Sáez en el banquillo y
Jesús Merino en el centro de la zaga. En la plantilla del filial de los Leones
había jugadores como Eskurza, Aguirretxu, Urrutia o Ander Garitano. En la temporada
82/83 el Bilbao Athletic marcó 91 goles en 38 jornadas y también logró el
ascenso directo como campeón. El primer equipo ganó la Liga y el filial obtuvo el
ascenso a Segunda con un equipazo que contaba con los hermanos Salinas y Andrinua. La temporada siguiente se proclamó subcampeón de Segunda por detrás
del Castilla de la Quinta del Buitre y estuvo muy cerca de quedar primero. Julio Salinas fue Pichichi de Segunda B y repitió galardón en Segunda a la campaña siguiente.
El Eibar de la temporada 87/88,
la primera campaña con 80 equipos en Segunda División B, ascendió como campeón
directo. No había entonces liguilla ni promoción y se mantuvo 18 temporadas en la
categoría de plata posteriormente. Era ya ese equipo armero rocoso con Alfonso Barasoain
en el banquillo y una base de jugadores que estuvieron muchos años en Segunda.
Y otros dos conjuntos hubiesen
llegado a los 84 puntos con tres puntos por victoria en la división de bronce del fútbol español: el Alavés de la 93/94 y
el Levante de la 88/89. Los valencianos, entrenados por Roberto Álvarez,
subieron directamente como campeones de grupo.
Peor es el caso de los
vitorianos, que perdieron solamente dos partidos de la fase regular, aunque
empataron 12 y ganaron 24 aquella campaña con Irulegui como entrenador. Curiosamente
es el único caso de un registro tan positivo que no tiene el premio del
ascenso. Siempre hay excepciones. El Alavés quedó tercero de su grupo de
liguilla, que ganó el Getafe. El Figueres fue segundo y el Recreativo, cuarto. Los vascos empataban demasiado y comenzaron la liguilla con dos empates que les lastraron demasiado… Esa campaña ascendieron tres clubes del Grupo I: UD Salamanca, Getafe y Ourense.
En la actual campaña Celta B y Racing
podrían superar ese récord ficticio de los 88 puntos, en realidad el computo
oficial del Alavés en la temporada 94/95 fue solamente de 61 con dos puntos por
victoria, pero gallegos y cántabros tendrían que ganar los cuatro partidos que
les restan para alcanzar los 89. Un registro alucinante en cualquier caso. Lo de los 91 goles a favor no está ya al alcance de los vigueses, que llevan "solamente" 68, pero los cántabros sí que parece que acabarán con menos tantos en contra que un Alavés de récord. El Alavés de los 88 puntos.
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