El extremo hablaba español, euskera, latín, italiano, francés, inglés y alemán. De ruso y hebreo también tenían conocimientos, además del árabe
El paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga es una eminencia que necesita pocas presentaciones, además de ser director científico del Museo de la Evolución de Burgos. Quizá es mucho más desconocido que su padre fue futbolista profesional y que militó cuatro temporadas en el Racing.
Pedro María Arsuaga defendió la camiseta del club santanderino desde 1954 a 1958. Disputó 84 partidos oficiales como racinguista en los que anotó 17 tantos. Era un futbolista muy rápido y habilidoso, buen amigo de Rafa Alsúa, que era el "jefe" de aquel vestuario. Y también fue una eminencia con un intelecto privilegiado.
Arsuaga nació en la población guipuzcoana de Tolosa y comenzó a jugar al fútbol en la UD Tolosana como mediocentro. No tardó en dar el salto desde el filial al primer equipo, el Tolosa CF en la temporada 1945/1946 en Tercera División, algo parecido a lo que era la Segunda B. Ya en la campaña anterior había disputado algunos encuentros con los mayores. Fue el entrenador donostiarra Sebastián Silveti el que le comenzó a alinear de extremo izquierdo para no castigarle tanto en lo físico.
Al acabar esa temporada 45/56 le fichó el Real Madrid, siempre atento para pescar a las figuras más destacas. El Barcelona también trató de contratarle ya que destacaba mucho. Perteneció al club blanco desde 1946 a 1954, aunque en la campaña 1952/1953 estuvo cedido al Granada. Con los madridistas disputó 79 partidos oficiales y marcó 24 goles.
Siendo futbolistas del Real Madrid cumplió el servicio militar y se licenció en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense. Aprovechando una lesión se concienció de que debía sacar una carrera, algo muy poco habitual en los futbolistas de la época.
Arsuaga jugaba de delantero y preferentemente de extremo izquierdo. Aunque era zurdo también jugaba por la derecha. Se incorporó al Racing en la campaña 1954/1955 con Juanito Ochoa como entrenador y Basilio de la Riva de presidente. La llegada del cántabro Paco Gento al extremo izquierdo del Real Madrid le había relegado al banquillo en el club blanco. Formó parte velada del traspaso de Marquitos, otro enorme futbolista cántabro que hizo carrera en la capital. Esa temporada el club merengue cedió a Goñi y junto con Arsuaga se incorporó también Eduardo Sobrado libres de contrato. El trasvase, casi saqueo, entre los dos clubes fue muy intenso con De la Riva en la presidencia de la entidad santanderina. La mayoría de los jugadores que llegaron del Real Madrid al Racing en aquella época no rindieron demasiado bien. Arsuaga fue una excepción.
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Moro, Lolo Gómez, Ortera, Bermúdez, Vázquez, Zamoruca y Barreneche. Abajo: Arsuaga, León, Magritas, Santín y Espina. Temporada 54-55. Real Madrid 3- Racing 0 en Chamartín. |
Durante su primer curso en Santander disputó 25 encuentros y anotó cuatro goles. Avanzada la temporada Luis Urquiri suplió a Ochoa en la dirección técnica. Arsuaga vivió el segundo descenso de la historia racinguista, al finalizar anteúltimo el cuadro verdiblanco y dijo adiós a la Primera División.
Tres temporadas más permaneció el futbolista guipuzcoano en las filas racinguistas, todas ellas ya en la categoría de plata. El Racing no regresó a la élite hasta la 60/61. En la 55/56 Asuaga participó en 28 partidos y consiguió cuatro goles con Nando Yosu como entrenador y Ricardo Naveda de presidente. En la 56/57, con el mismo presidente y con Enrique Orizaola de técnico, jugó 25 encuentros y logró nueve tantos. Fue su mejor temporada con el conjunto montañés.
La siguiente campaña apenas jugó, seis partidos y colgó las botas ya más ocupado en otros asuntos y con problemas con las lesiones. Durante esa temporada realizó prácticas como economista en Santander y estudió italiano y alemán. Ya dominaba el francés y el inglés. Pocos futbolistas tan dotados intelectualmente han pasado por el Racing y con esa facilidad para los idiomas, su pasión. También logró hacer buenos negocios de importación y exportación gracias a sus conocimientos en otras lenguas. Cuando se jubiló completó la carrera de lenguas semíticas con la especialidad en árabe. Algo que hizo como hobby.
Como economista trabajó también en una empresa relacionada con el fútbol en Galdácano, una fábrica de balones de plástico. Su conocimiento del alemán sirvió para comprar la maquinaria necesaria. Hablaba español, euskera, latín, italiano, francés, inglés y alemán. De ruso y hebreo también tenían conocimientos, además del árabe y las lenguas semíticas. Su tesis versaba sobre la toponimia árabe en la provincia de Madrid.
Quizá su anécdota futbolera más conocida es una que tiene que ver también con los idiomas. Disputando un partido en San Mamés con el Real Madrid un espectador le gritó tras ser arrollado por un defensa, Miguel Gainza —el hermano de Piru— en la banda: «¡Cómo se nota que eres madrileño! ¡Flojo!». Cuando se levantó, el tolosano se encaró con el espectador en perfecto euskera: «Eta zu, nungoa zara? (¿Y tú de dónde eres?)». El aficionado se quedó avergonzado ya que no entendía nada. Otra de las anécdotas que solía narrar era que le regalaron una cafetera por marcar un gol olímpico al Barcelona en un clásico. Botaba muy bien los saques de esquina.
En octubre de 2009 falleció a los 82 años y se guardó un minuto de silencio por él y por el expresidente José Manuel López-Alonso en los Campos de Sport de El Sardinero antes de un Racing 1 - Osasuna 1. El Real Madrid portó brazaletes negros en El Molinón en señal de duelo. Con el club madrileño había ganado dos Copas, aunque en ambas finales se quedó en el banquillo.
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